Este tour de 3 días desde Fez hasta Marrakech comienza en el lugar que tú elijas. Puede ser un hotel en la ciudad de Fez o incluso el aeropuerto, si deseas comenzar el recorrido tan pronto como llegues al país. Sea cual sea la opción, nuestro conductor de habla inglesa te recogerá en un vehículo privado y cómodo para todo el trayecto.

En este primer día nos dirigiremos hacia el sur, lo que significa adentrarnos en el Medio Atlas. En las laderas norte de estas montañas descubriremos lugares asombrosos.

Por ejemplo, Ifrane, una ciudad situada a más de 1.700 metros de altitud que llama la atención por sus edificios de tejados a dos aguas.

La razón de este recurso inusual en Marruecos es la alta frecuencia de lluvias y nevadas en invierno. Y todo esto le ha valido el apodo de ‘la Suiza marroquí’.

Poco después, descubriremos una zona natural protegida de gran valor ecológico: el Parque Nacional de Ifrane, también conocido como el Parque Nacional de los Cedros o el Bosque de los Monos.

Este es uno de los pocos hábitats naturales donde el macaco de Berbería sobrevive en libertad (la única especie de primate al norte del Sahara y uno de los animales más emblemáticos de la fauna marroquí).

De hecho, también es el único primate adaptado a los climas fríos. Las grandes ramas de los cedros son su mejor refugio durante las condiciones climáticas adversas.

La siguiente etapa del día nos lleva a cruzar el Medio Atlas. A medida que la carretera comienza a descender, entraremos en el valle del Ziz, donde el entorno cambia drásticamente: la aridez del desierto se hace evidente, con un paisaje dominado por las pedregosas hamadas.

Este recorrido nos conducirá hasta Erfoud, una ciudad reconocida por su valioso patrimonio fósil, y un poco más adelante hasta Merzouga, que da nombre a esta impresionante parte del Sahara que estamos a punto de explorar.

En Merzouga montaremos nuestros dromedarios (que pueden ser reemplazados por vehículos 4×4) y nos dirigiremos hacia las dunas de Erg Chebbi, embarcándonos en una excursión única e inolvidable a través de este mar de fina arena dorada.

Después de aproximadamente dos horas de viaje, llegaremos a nuestro campamento de jaimas en el corazón del desierto, donde seremos recibidos con té bereber, como dicta la tradición local.

Al caer la noche, se abrirá sobre nuestras cabezas un espectáculo difícil de ver en otras partes del mundo: un cielo lleno de estrellas brillando gracias a la ausencia de nubes y a la inexistente contaminación lumínica.

Después de eso, se servirá la cena en el campamento y pasaremos la noche en tiendas tradicionales al estilo de los nómadas del desierto, pero con todas las comodidades.